Siempre he tenido en mente realizar mi propia casita partiendo desde cero, y tras recoger de un contenedor unas tablas de las que se utilizan para el suelo me animé a hacerlo.
No quería realizar una casa muy complicada, quería algo moderno y tenia que ceñirme un poco a la anchura de la tabla. Me quedaba algún resto de un invernadero que nunca realicé y quería aprovechar los ventanales, así que he diseñado un pequeño chalet de dos plantas donde colocaré en la azotea un pequeño jardín.
Tras el diseño mi marido me cortó las tablas y las clavó. He puesto la puerta en un lateral para que los dos ventanales quedaran al frente, ya que la apertura de la casa se realizara por ahí.
Lo primero que he hecho antes de unir las dos plantas es empapelar. Como suelo he dejado la propia tabla a su color en ambos pisos. Tampoco quería tabicar, así que he puesto medios tabiques para separar la cocina del salón y el baño del dormitorio. Como no dispongo de mucho espacio he prescindido también de la escalera, ya que quiero aprovechar muebles que ya tengo y con la escalera no me cabían todos.
Los papeles en principio asustan un poco, ya que le voy a dar un aire un poco » retro » a la casa, pero yo creo que luego con los muebles quedará bien.
Encontré esta bolsita de cartón en un bazar que me venia perfecta para darle un toque vintage a la pared de la cocina.
Después de realizar la instalación eléctrica he unido las dos plantas.
Tanto los ventanales como la decoración de la fachada ira en negro con algún toque de turquesa.
HABITACION DE LAVADO
En un envase de detergente para lavadora realicé esta pequeña escena de limpieza y lavado.
He realizado una pequeña restauración y lavado de cara a la casita Shabby. No es que no me gustara la primera, pero me divierte cambiarlas y yo creo que mejorarlas, aunque suelo mantener el mismo estilo. No es la primera que transformo, ni creo que sea la ultima.
Todo el exterior de la casa he vuelto a pintarlo, cambiando el color crudo por el blanco, los perfiles de las ventanas y la puerta ahora son verdes lo mismo que los remates del tejado, a este ultimo también le he dado una manita de un gris oscuro con algo de color verde bosque que se aprecia muy bien cuando recibe la luz natural directa.
He añadido jardineras a las ventanas, posteriormente decoradas con flores realizadas con papel de seda.
En la parte delantera, a los lados de la escalera de acceso he realizado un empedrado con cartón de huevos, donde he colocado unos bancos semicirculares, macetas flores y un buzón.
ANTES
AHORA
Bajo el tejadillo lateral, sustituyendo al tendedero, he construido con depresores de garganta un banco de trabajo de jardinería con todo lo necesario.
AHORA
En el lateral opuesto, bajo la ventana, un macizo de rocas y plantas complementan el jardín.
En su interior he mantenido la misma distribución: En el primer piso salón y cocina; En el segundo piso dormitorio.
ANTES
AHORA
En la cocina he repintado todos los muebles en color rosa y los he rematado con papel de lunares blanco y rosa. También he cambiado el color de los azulejos. a los que he añadido una moldura superior ondulada en el mismo color, para que resaltaran los platos, los cuales están realizados con botones e imprimibles.
He mantenido el papel de la pared, el suelo y el estor de la ventana.
ANTES
AHORA
ANTES
AHORA
En el salón, el entelado de las paredes, cortinas y visillos son los mismos. Pintando el suelo en color vainilla he pretendido darle más calidez a la estancia.
No he modificado la colocación de los muebles, pero si su color y su tapicería.
La lámpara del techo también es nueva, trasladando la que antes estaba a la cocina.
ANTES
AHORA
En el dormitorio, paredes, visillos y la cama del fondo con sus almohadones siguen igual.
He cambiado el color del suelo, de un blanco sucio a rosa, y he realizado una redistribución de los muebles y objetos, algunos de ellos pintándolos de nuevo.
ANTES
AHORA
Creo que no le ha sentado mal el lavado de cara de esta casita, pero sobre todo, yo he disfrutado mucho realizándolo.
Después de unos meses de trabajo (todo lo que el tiempo me lo permite), la casa Tudor está terminada por fuera y pintada y vestida por dentro, a falta ya solo del mobiliario y detalles decorativos.
He colocado un pequeño jardín delantero de «quita y pon», donde he incluido una oveja y una Barbie Tudor.
El jardín esta realizado sobre un rectángulo de cartón piedra que se puede quitar fácilmente para permitir la apertura del piso bajo de la casa.
El suelo esta cubierto de posos de café (tierra) y balasto ferroviario. Las piedras son autenticas, lo mismo que los troncos y la paja. Las flores, unas son de tela, otras de plástico, adaptadas y recortadas de flores artificiales tamaño natural.
Construí las vallas con palitos de polo, cortados y pintados con nogalina, como casi todas las terminaciones en madera de la casa. Los arbustos son musgo ferroviario.
No tenia intención de poner personajes, pero curioseando por un bazar oriental, encontré unas Barbies muy pequeñas que se adaptaban a la escala e intenté probar.
Antes de vestir a la muñeca tuve que desmaquillarla, ya que venia con sombra de ojos azul y raya negra, que no encontré muy apropiada para esa época. Con unas tijeritas finas fui raspando poco a poco hasta dejarla lo más limpia posible.
Siguiendo los patrones que encontré en una revista realicé el vestido, adaptándoselo un poco al momento que representa.
En los laterales coloqué unas tiras de estropajo verde tipo» Scotch Brite » cubiertas con un poco de arena para pájaros , decoradas con flores y musgo.
Las tejas están realizadas con cartón de huevera, cortadas y pegadas una a una, pintadas posteriormente con acrílicos.
En un principio la chimenea iba a ser otra, pero mirando por internet descubrí como eran en realidad las chimeneas Tudor y realicé éstas:
Construí la base con cartón piedra, forrada con ladrillos realizados con papel de lija y rematada con pequeños adoquines. Las dos chimeneas están hechas con cartón ondulado, terminadas con dos piezas del » Exin Castillos» (resto de algún juguete). Con cinta de pasamanería y cordoncillo forme los dibujos de las torres que luego cubrí con varias manos de pintura.
En función del número de chimeneas de cada casa se mostraba el poder adquisitivo de los propietarios.
El piso bajo de la casa está formado por la cocina.
Forré el suelo con depresores de garganta teñidos con nogalina y encerados.
al fondo realicé una gran chimenea donde se cocinaba, con leñera incluida. Su base es de cartón piedra la cual forré con cartón de envases de huevos cortados a mano y matizados con acrílicos para dar el efecto de piedra. Rematé el interior del hogar con corcho quemado aplicado sobre el cartón. Mi intención era crear una cocina usada y ahumada.
Toda la biguería, remates y adornos de madera están realizados con balsa
Adorné la parte interior de la puerta con depresores y algún motivo heráldico, lo mismo que la ventana, rematada con listones de balsa y una puntilla a modo de visillo.
Construí un pequeño estante perchero con palitos de polo y restos de cornisas.
Accediendo por la escalera llegamos a la parte más noble de la casa
Con listoncitos de madera de alfombra oriental forré el suelo y parte de las paredes. Tuve que cerrar el hueco de la escalera de acceso al dormitorio porque me impedía la colocación del mobiliario.
Tras la chimenea «Tudor» construí un empanelado de madera, típico de aquella época.
Toda la viguería es de madera de balsa. Los seis cuadritos del fondo representan a las seis esposas de Enrique VIII (regalo de mi marido).
Adorne los dos ventanales con listones de balsa y motivos heráldicos. Todos los remates están realizados con trozos de pinzas de tender de madera.
El último piso está ocupado por el dormitorio, decorado con listones de balsa como el resto de la casa.
En la pared principal, sobre el espacio que ocupa la cama, he colocado el escudo familiar
Actualmente estoy elaborando algunos de los muebles y objetos decorativos que iré mostrando progresivamente.
Comencé la construcción de esta casa hará unos siete años y todavía está sin terminar, en parte debido a su gran tamaño, pero también, porque quería hacerla sin prisas, pensando muy bien cada habitación.
Su decoración no me está resultando nada fácil a causa de la profundidad de las estancias ( cincuenta centímetros ), teniendo que crear distintas alturas o pequeñas separaciones para evitar que los muebles queden desperdigados en espacios inmensos y planos sin lucir nada.
La fachada exterior está prácticamente terminada y pintada, a excepción de los detalles de la puerta principal como aldaba, pomo y buzón que tengo intención de poner.
También estoy a falta de colocar las barandillas de las escaleras, de las cuales tengo grandes dudas. No se si ponerlas de forja pintadas en negro, o de piedra siguiendo un poco el estilo de la fachada.
Delante de la casa irá un jardín sencillo, cercado seguramente por un muro a media altura.
Arquitectónicamente esta mansión pertenece al estilo » Georgiano «. Este estilo comenzó a desarrollarse en Inglaterra durante el siglo XVIII, sucedido en el siglo XIX por el estilo Victoriano.
Generalmente presenta una fachada simétrica presidida por una puerta central con un dintel elevado, y con una o dos ventanas a cada lado. El segundo y tercer piso suelen tener una ventana sobre la puerta, y las otras dos sobre las de los pisos inferiores, coronado por un tejado a dos o cuatro aguas. Su terminación exterior suele ser de piedra y va flanqueada por dos grandes chimeneas a ambos lados de la fachada.
Interiormente he querido decorarla muy clásica, sin seguir un estilo en concreto, que representase una mansión de campo en la Inglaterra de finales del siglo XIX. Para ello he pensado minuciosamente su distribución , que fuera lógica y adecuada, pero que también resultara confortable. Selecciono cada mueble, cuadro, alfombra, lámpara u objeto decorativo para cada habitación, teniendo muy claro lo que quiero y donde lo quiero.
En su origen la casa contaba con tres alturas y un semisótano. Durante su montaje observé que bajo el tejado quedaba un amplio espacio para crear otra habitación y decidí incorporarlo a la casa, abriendo cuatro ventanas para su iluminación.
La distribución interior está organizada de la siguiente manera:
Planta semisótano. Destinada al servicio. Tiene una entrada diferente a la principal, bajo la escalera. Consta de office, cocina, cuarto de servicio, plancha y costura con un aseo al fondo.
Planta principal. Formada por el hall, salón y comedor.
Planta primera. Ocupada por un distribuidor central, habitación del bebe y habitación de la niña.
Planta segunda. Constituida por el dormitorio de la señora, vestidor, cuarto de baño y un despacho biblioteca.
Atico. Donde instalé el dormitorio del señor.
Era común que en las grandes mansiones de la época, el señor y la señora de la casa tuvieran cada uno su propio dormitorio con sus enseres más personales. Dichas habitaciones solían estar comunicadas entre si, estándolo en este caso a través del vestidor.
El semisótano es la única parte de la casa que está totalmente acabada, incluida la instalación eléctrica.
Accedemos a él por una entrada que realicé bajo la escalera. Ya existía un arco que venia abierto y me pareció perfecto para crear la » puerta de servicio «, por donde se introduciría todo lo necesario para el mantenimiento de la casa como alimentos, paquetes, correo… evitando así la circulación de los mismos por el recibidor principal.
Al ser la puerta acristalada, adorné su parte superior y los laterales con unas vidrieras, cubriendo la hoja central de la misma con un visillo plisado.
Al iluminarse en su interior hace un efecto muy bonito con el colorido de las vidrieras, aunque en la foto no puede apreciarse.
A través de esta puerta nos adentramos en el office. El office era la antesala de la cocina. Normalmente contaban con grandes armarios para guardar la vajilla de diario, las bandejas generalmente de plata y algo de loza, dejando la porcelana para ser expuesta en el comedor.
Tenían también una mesa donde habitualmente comía el servicio, utilizándose además para dar los últimos toques a los platos antes de servirse.
En esta casa ya habían instalado el teléfono, colocando uno en el office para ser atendido por el servicio.
También tenían instalado unos llamadores que por medio de un cableado comunicaba con las habitaciones.
Generalmente toda la parte más baja de la pared iba cubierta con azulejos, lo mismo que en la cocina, para facilitar así su limpieza.
El techo va atravesado con vigas en todo el semisótano, siendo el suelo de listones de madera.
Para acceder a la planta principal construí una escalera que comunicaba directamente con el comedor o con el hall a través de una puerta.
En el office solía existir una alacena para poner todo tipo de dulces, como galletas, bizcochos o pastelillos que luego se servían a la hora del te.
También tenían costumbre de colocar pequeños aparadores donde normalmente guardaban manteles, servilletas e incluso los delantales.
Al ser la zona » noble » de la cocina se permitían poner alfombras o incluso pequeños cuadros para dar a la estancia un aspecto más acogedor.
Por medio de una puerta el office comunicaba directamente con la cocina.
En estas mansiones las cocinas eran espacios muy amplios, pero muy bien organizados. Eran los dominios de las cocineras. Ellas gobernaban y no permitían que nadie tocara nada de sus cocinas, incluso no les gustaba, ni si quiera, que la señora de la casa anduviera husmeando por sus fogones.
Fijándome en modelos de cocinas de esta época, he intentado hacer una distribución coherente y eficaz de la misma.
Las paredes van revestidas de azulejos, y el suelo esta realizado con baldosas de arcilla en dos tonos colocadas formando damero.
En el centro y al fondo, sobre un escalón coloque la «cocina» propiamente dicha. Eran cocinas muy grandes de carbón o leña y contaban casi siempre con un horno.
En los laterales realicé en madera unas estanterías altas que hicieran la función de despensa, con los productos más básicos como harina, arroz, patatas, legumbres ristras de ajos o especias.
Tampoco podían faltar grandes frascos de conservas de verduras o frutas que envasaban en su temporada, para poder disfrutar de ellas durante todo el año.
Delante de la cocina, dejando el espacio suficiente para una buena circulación, coloque una mesa de ayuda, imprescindible para la preparación de los platos.
A su derecha, perfectamente ordenada, dispuse la batería de cocina, formada principalmente por ollas de cobre y recipientes de barro.
Sobre ésta, colgados en la pared, dos armarios con puertas acristaladas repletos de comida envasada.
Empezaban a aparecer los primeros frigoríficos. Enfriaban por medio de barras de hielo que se introducían por su parte superior manteniendo los alimentos frescos.
Cerca de éstos se solía poner una mesa de corte y limpieza de productos. Era donde se limpiaban pescados o aves, se cortaban carnes, o se preparaban verduras para luego colocarlas en los frigoríficos manteniéndolos más tiempo aptos para su consumo.
El lateral izquierdo de la cocina lo destine a la zona de lavado.
Normalmente contaba con una pila de piedra, mármol, o incluso de porcelana acompañada en muchas ocasiones con un mueble de madera donde se guardaban jabones, trapos o productos de limpieza.
Sobre es mismo se colocaba un escurridor de platos donde se iba depositando la vajilla antes de su secado y colocación.
A través del office accedemos también al cuarto de servicio, costura y plancha.
Estas habitaciones eran ocupadas generalmente por el ama de llaves o la cocinera. El resto del servicio, como doncellas o institutrices, ocupaban otras dependencias o incluso a veces se destinaban pequeñas casas en la parte trasera de los jardines para acomodarlos.
En muchas ocasiones ambos cuartos no estaban vinculados entre si, eran habitaciones diferentes, pero debido al gran espacio que disponía, opté por agruparlo todo junto.
Continué el suelo con los mismos listones de madera que había utilizado en el office.
Empapelé la pared con un pequeño estampado floral en tonos beige.
El aseo va solado con baldosas de arcilla a su color y la pared alicatada con azulejos a media altura.
Situé el cuarto de costura y plancha a la entrada de la habitación, dejando el dormitorio y el aseo al fondo para mantener una mayor intimidad.
Todas las grandes casas disponían de una habitación como esta. La ropa se cosía en casa, desde el vestuario hasta la ropa de cama. Generalmente contaban con una maquina de coser y tabla de planchado.
Se realizaban también todo tipo de labores y bordados, por lo que incorporé un bastidor y una bolillera.
Era común incluir en estas estancias un gran armario para la ropa blanca, donde se guardaban sábanas, toallas o manteles y algún estante o mueble donde depositar todo lo relacionado con la costura como botones, alfileres, agujas..
Detrás de esta zona situé el dormitorio y el aseo.
Eran dormitorios muy sencillos, formados por una cama, un armario o mueble para objetos personales y algún asiento tipo banqueta.
Baúles, viejas maletas y retratos familiares ayudaban a decorar estas estancias.
Separado por unas cortinas de encaje dispuse un pequeño aseo. Consta de lavabo e inodoro y era para uso exclusivo del servicio.
Esta casita fue mi primera casa de muñecas como regalo de navidad de hace varios años. Desde niña me gustaban las casitas de muñecas, pero nunca me planteé tener una y cuando esta llegó a mis manos, ignoraba por donde empezarla. Con tantas maderas y piezas, permaneció en el armario hasta que un día tomé la decisión de ponerme manos a la obra y empezar su construcción, descubriendo lo maravilloso que este este mundo que me ha llevado a fabricar una tras otra, tocando diferentes estilos e inventando por mi misma muchas cosas.
Hace unos meses la restauré, la barnicé y la pinté de nuevo adornándola con nuevas flores en las ventanas, ya que el paso de los años y sobre todo el polvo, la habían dejado en un mal estado.
Tanto la fachada como su distribución interior es la original. Es la única de mis casas que la mantiene, ya que tengo por costumbre mover los tabiques, crear distintas alturas, o poner y quitar escaleras. La parte baja de la fachada es de piedra natural, rematada con un frontal de madera en su parte más elevada.
Su interior se divide en cuatro habitaciones y un pequeño altillo que hace la función de trastero y se accede por una escalera de mano desde el dormitorio.
El salón tiene una chimenea central y a los lados unas baldas de madera con objetos de cobre, madera y barro. A los costados de la chimenea dos butacas y en el centro, la mesa de comedor preparada para degustar un delicioso guiso acompañado de una ensalada.
En la cocina encontramos una gran campana de esquina hecha con madera y cartón, un fogón de carbón, un fregadero con la pesca del día pendiente de limpiar, y una mesa con los productos de la huerta en su parte inferior. Mientras el perro descansa al calor del fuego, el gato ha descubierto un ratoncillo.
El cuarto de baño tiene una bañera antigua, lavabo y W.C. Al fondo un mueble alto con toallas y productos de aseo, todos ellos manufacturados, lo mismo que los toalleros y repisas. También hay un camisón hecho con puntillas que cuelga en la entrada y un gato juega con un ovillo que ha caído del cesto de la ropa.
En el dormitorio hay una cama de matrimonio pintada a mano y cubierta con una manta de patchwork hecha a punto de cruz. En el frontal de la cama un arcón y a la izquierda, un mueble con las fotos de los familiares.
Desde el dormitorio podemos subir a un altillo por una escalera de mano. Aquí, instalé todas esas cosillas que te sobran o no sabes muy bien que hacer con ellas, e hice un pequeño trasteo presidido por una estufa de leña en el centro de la habitación.